VIA: ARCH DAILY MÉXICO.
El sitio que la comunidad de Dobříň, República Checa, decidió usar para construir un jardín infantil para 30 niños es uno de los mejores del lugar. Es un terreno baldío en un pueblo histórico con vistas al río y con una zona correspondiente para un jardín.
En términos de abstracción, el edificio se basa en el concepto de una casa de campo clásica con techo a cuatro aguas. Los elementos vernáculos también se utilizan en la fachada, repleta de esculturas que hacen referencia a la decoración de la arquitectura tradicional de la zona. El escultor es Jiri Vorel quien tiene un vínculo personal con esta ubicación. La construcción estuvo a cargo de ATELIER 8000 y de los arquitectos Martin Krupauer y Jiří Střítecký.
El edificio cumple con las condiciones para una construcción en un área de inundación. Este concepto se proyecta en el diseño técnico y los materiales seleccionados, así como en el concepto interior. El edificio se basa en bandas continuas de hormigón masivo y cimientos aislados. Las paredes estructurales verticales externas e internas son bloques de cerámica para resistir posibles inundaciones. Las paredes interiores no estructurales son de ladrillo cerámico.
Las vigas son de madera y la estructura refleja el espacio. Aproximadamente a unos 8 metros desde la fachada norte se encuentra una ventana estilo triforio que ilumina desde el sector sur a la sala de juegos de los niños. A pesar de que por un lado el techo tiene una menor altura, la mayor parte del espacio se abre hacia el ático.
Las aberturas de ventanas y puertas en paredes verticales están diseñadas para resistir inundaciones o permitir el reemplazo fácil de otras nuevas. El techo es de chapa de aluminio color cobre.